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El proyecto de fallo elaborado por Cecilio Cedalise nos está brindando la oportunidad de vivir pasajes de una obra literaria de otras épocas, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Por un lado, Ricardo Martinelli vocifera que “quien no la debe, no la teme”, pero, por el otro, como si se hubiera tomado la pócima de la novela, revela que teme a la posibilidad de que salga un fallo diferente al borrador y de eso acusa, desde ya, al vicepresidente Carrizo. Se puede concluir que, después de todo, sí la teme… o la debe. Carrizo no es el único blanco de sus ataques; también el procurador encargado Javier Caraballo. Martinelli dijo que si éste no le concede una cita, bloqueará su ratificación en la Asamblea. Sería interesante saber si es lo que acostumbra hacer con los procuradores que no le hacen caso. Que lo diga Ana Matilde Gómez.
Martinelli también promueve una cacería contra la persona que filtró el proyecto de fallo, a quien en el pleno de la Corte. Uno de sus abogados exclamó a gritos, en plena plaza, que “ese magistrado que filtró ese proyecto tiene que ir preso… Si no va preso ahora, que está el PRD en el gobierno, va a ir preso cuando nosotros seamos gobierno”. Y como este lado de su personalidad no disimula, promueve un sondeo en redes en el que una turba virtual escoge a quién filtró el engendro de Cedalise, entre María Eugenia López y alguien identificado como “Paco” Vásquez (presumiblemente, el magistrado Carlos Pepe Vásquez ). Fue casi como decirnos al resto de los panameños: “cuidado con los otros siete”. Esto no es obra de la casualidad: si Cedalise pierde la ponencia, la demanda de inconstitucionalidad debería que ser resuelta por aquel magistrado que primero haya formulado observaciones al proyecto. En esa línea de sucesión, los dos primeros son, precisamente, López y Vásquez. El terreno para recusar a la primera, alegando una “enemistad manifiesta”, lo ha abonado durante todo el año y ya la denunció penalmente en la Asamblea. Por eso es que Vásquez parece estar ahora en la línea de fuego.
El proyecto de fallo –que de encriptado lo único que tiene es su verdadero motivo– tiene 50 páginas y en ninguna se hace referencia a dos decisiones del pleno de la Corte, precisamente sobre el proceso seguido a Martinelli, que son relevantes a ese tema; tampoco mencionó las veces que la misma Corte valoró argumentos relacionados con la supuesta acusación sin imputación, planteados por la defensa en dos amparos de garantías, que el pleno no concedió por considerar que no fueron infringidos los derechos fundamentales del imputado. Entonces, ¿cómo se podría conceder ahora la demanda de inconstitucionalidad, que afirma precisamente lo contrario? Cedalise no se ruboriza con el contenido del borrador, pero tiene su rol en la cacería, exigiendo al presidente de la Corte que investigue a aquel que incomodó a Martinelli con la filtración. Debió aprovechar para pedir que se investi. Bueno, si le gustan tanto las notas en relación con divulgaciones que son dirigidas al presidente de la Corte, sería bueno que se refiera a la que el Consejo Judicial remitió esta semana reclamando otra divulgación: la de las declaraciones patrimoniales de los magistrados. Cuando Cedalise aspiraba al cargo, dijo estar de acuerdo con revelar la suya, si era elegido. Seis años más tarde, quizás se decida a hacer buena su palabra y, de paso, indicar cómo adquirió propiedades en Bijao y El Valle, los que tiene ahora, según los Varelaleaks. Quizá cambió de parecer con la declaración de bienes, así como ahora quiere hacer con sus fallos.